The Neon Demon
- Luis Hernández
- 18 sept 2016
- 2 Min. de lectura
8.9/10

"The Neon Demon" es una película de 2016, dirigida por Nicolas Winding Refn y estelarizada por Elle Fanning, Karl Glusman, Jena Malone, Bella Heathcote y Abbey Lee.
La película presenta a Jessi, una joven de 16 años que acaba de mudarse a Los Angeles, California para entrar al mundo del modelaje.
Sería de esperarse que fuera rechazada múltiples veces, pero sorpresivamente cautiva al instante a todo fotógrafo, diseñador y representante que le pone los ojos encima, desconcertando a sus colegas y a ella misma.
Ahora, la dulce, tierna e inocente Jessi debe descubrir cómo funciona este nuevo mundo, el papel que juega en él y el espiral de emociones por el que está apunto de decender.
Nada te puede preparar para el mundo del demonio neón.
Brillante y desconcertante.
Nicolas Winding Refn lo vuelve a hacer; cinefotografía hipnotizante y digna de galardones, dirección precisa, simétrica y fríamente calculada, edición dinámica y cautivante y un soundtrack electrónico que te envuelve con sonidos sintéticos que recordarán por varios días.
Desde el inicio Winding Refn te toma del cuello y no te permite mirar hacia otra dirección que no sea la pantalla, con colores de ensueño y sonidos intrigantes, acompañado de la belleza de Elle Fanning y el ambiente al que ha entrado.
La película es una crítica mordaz al mundo del modelaje y la belleza, pudo haber contado una de las mejores historias del año y denunciado la horrible dimensión con la que se encuentras las modelos tras bambalinas, pero se quedó corta.
El problema de Nicolas Winding comienza cuando su pretensión lo sobrepasa y obstruye la historia que está por contarnos.
Lo hemos visto contar historias directas, dinámicas y cautivadoras, tal como lo hizo en Drive, es por eso que es inexcusable cuando se confía demasiado de sus imágenes y deja en segundo plano el camino que debe llevar el guión en función de contar una historia con la que la audiencia se pueda relacionar.
NWR es un brillante director en el aspecto estético y visual, que sabe entregar una hermosa pintura neo-expresionista en cada fotograma, pero su personalidad pretenciosa y su desesperada necesidad por reconocimiento y querer forzar sus historias a ser "cine de arte", "profundas" o "simbólicas", hace que nos entregue una producción final que se deshace por sí misma y al final sacrifica un clímax atrapante y acelerante para presentar pequeños puntos de tensión que no son suficientes para compensar el ritmo de la cinta.
Una película hermosa cuyo mejor y peor atributo es su director/guionista.
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